Joaquín Olmedo ha llegado desde Quito a La Habana con una encomienda por cumplir. Pronto irá tras las pistas de uno de los bocetos de la trascendental obra pictórica del arte universal El descubrimiento de la cruz; y su búsqueda acabará por enlazarse con un peculiar caso de delito de droga. Los hilos de esta madeja han sido hilvanados por su autor siguiendo, con gran sencillez, los clásicos presupuestos de la narrativa policiaca, en el escenario más actualizado de la sociedad cubana. Esta obra obtuvo el Premio Novela del Concurso de Literatura Policial.